Con la llegada del buen tiempo, muchos hogares comienzan en esta época a cambiar las cálidas mantas por ligeras y frescas colchas. Puede ser una buena ocasión para aprovechar y lavar nuestras mantas y así despedirlas hasta el próximo invierno.
Antes de comenzar esta ardua tarea debemos plantearnos lo siguiente: ¿Podemos lavar nuestras mantas en casa? Debemos tener en cuenta las instrucciones que el fabricante nos da en la etiqueta, la capacidad de nuestra lavadora, y el peso de la manta.
En lavadora, una manta muy grande mojada puede pesar demasiado y estropear nuestro electrodoméstico. En caso de que podamos, debemos lavarla en el programa de lana o ropa delicada pero sin centrifugar. La fuerza requerida para dar vueltas puede hacer sufrir mucho a la lavadora.
Si el fabricante indica que hay que lavarla en seco no nos quedará otra que llevarla a una tintorería.
Otra opción es lavarla a mano en una bañera. La llenamos de agua tibia y detergente neutro y metemos la manta media hora aproximadamente. Si tenemos alguna mancha habrá que pelearse con ella y frotar a fondo. Tras agitar de vez en cuando la manta, podemos vaciar la bañera y aclarar con agua fría. En este punto la manta mojada puede pesar mucho y necesitaremos mucha fuerza para manipularla, por lo que recomendamos que pidáis ayuda a otra persona y no hagáis esta tarea solos. Para terminar un truco de abuela: Si queremos que preserve la suavidad, añadimos vinagre blanco al último aclarado y la dejamos a remojo unos diez minutos más. Solo queda secarla, si es posible, al aire. Una opción muy laboriosa, pero también muy económica y satisfactoria.
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