No cabe duda de que las alfombras son un elemento indispensable en la decoración de nuestros hogares. Nos ayudan a hacer de cada estancia un lugar acogedor, y a aportar a estas el toque (moderno o clásico) que nos define.
Cada rincón de nuestra casa pide un tamaño distinto de alfombra, y por ello vamos a intentar recomendaros cual es el mejor para cada habitación.
En la entrada o hall lo ideal es una alfombra resistente a la humedad que podemos traer en días lluviosos y al tránsito de nuestras entradas y salidas en casa.
Cada salón es un mundo y por eso tenemos infinidad de estilos y tamaños para vestir nuestro salón. La tendencia normal es una alfombra que se adapta al ancho del sofá y que va desde este hasta el mueble en el que coloquemos la televisión.
En los dormitorios lo habitual es colocar dos alfombras iguales a cada lado de la cama. Suelen ir acompañadas de una tercera a juego que se coloca a los pies de la cama. En habitaciones infantiles la imaginación se dispara. Los distintos modelos de alfombras infantiles, con estampados de colores o de personajes de dibujos, pueden servirnos como referencia para decorar el resto de la habitación.
En un comedor la alfombra suele ir colocada bajo la mesa dejando espacio para las sillas. Lo ideal sería medir el largo y el ancho de la mesa y sumarle un metro por lado. El resultado sería el tamaño perfecto de nuestra alfombra de comedor.
Las alfombras pasilleras nos ayudan a vestir nuestros pasillos, como su propio nombre indica. No son imprescindibles, pero las hay muy elegantes y en tantos tamaños como deseemos, ya que, aunque hay tamaños estándar, normalmente se hacen a medida.
En la cocina podemos poner alguna pequeña alfombra resistente, pero al igual que en el pasillo, no es algo indispensable.
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