La funda nórdica es una pieza relativamente nueva que en poco tiempo ha conseguido desbancar a las clásicas mantas o a los cálidos edredones siendo a día de hoy uno de los elementos preferidos por los consumidores a la hora de vestir sus camas.
Este cambio no ha sido fruto del azar. Las fundas nórdicas presentan un montón de ventajas frente a sus predecesores:
Hacer la cama es mucho más sencillo con una funda nórdica. Esta labor no nos llevará ni un minuto.- Son muy ligeras, no pesan pero abrigan y permiten una gran libertad de movimientos.
- Son muy económicas. Una funda nórdica solamente necesita sábana bajera, ahorrándonos así la compra de la encimera. La funda sin relleno también puede usarse como colcha en verano.
- Resulta más barato tener varias fundas para el mismo relleno que diferentes edredones, lo que nos permite además cambiar con más frecuencia el aspecto de la habitación. También podemos tener dos rellenos, en caso de que necesitamos uno más grueso para invierno y otro más fino para verano, usando las mismas fundas.
- Los rellenos nórdicos de mejor calidad están hechos de plumón, un material que posee gran capacidad térmica. Su única desventaja es que no están indicados para personas alérgicas, que siempre pueden optar por rellenos de fibra o sintéticos. Estos son más económicos al no tener la misma calidad, pero su ventaja es que pueden lavarse fácilmente en la lavadora.
- Los materiales de la funda nórdica transpiran mejor, de forma que es menos probable despertarse con la cama húmeda, algo que es beneficioso para sábanas y colchón, pero también para nuestra propia salud.
Para su correcto mantenimiento no es recomendable sentarnos o dormir sobre ellas. Están pensadas para cubrirnos, y si ponemos peso o movemos mucho su superficie podemos desplazar el relleno, de modo que no resultan tan efectivas para darnos calor de forma uniforme.
El relleno necesita tan solo un lavado por temporada, siempre que lo aireemos un poco cada mañana para que pierda la humedad acumulada durante la noche. Debemos lavarlo con detergente suave, y nunca a temperaturas altas, además de asegurarnos de que vamos a poder secarlo bien, ya que si se acumula humedad interior se podría estropear. Los edredones de pluma resultan más complicados de limpiar, por lo que lo más recomendable es acudir a un establecimiento especializado. La funda sí habría que lavarla regularmente, dándole la vuelta antes de meterla en la lavadora. Si quieres lavarla menos a menudo, tienes la opción de usar la funda nórdica a modo de edredón, usando una sábana encimera entre ella y tú. Así serán las sábanas las que necesiten el lavado, aunque perderemos algunas de las ventajas en comodidad o ahorro que explicábamos antes.
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