Las almohadas son un factor muy importante a la hora de nuestro descanso, por eso vamos a tratar de ofrecer unos consejos sobre calidades y mantenimiento.
Existen tres factores que nos ayudan a comprobar la calidad de las almohadas:
-Relleno. Pueden estar rellenas de fibras sintéticas como el poliéster o la espuma; o de fibras naturales como el plumón o una combinación de plumón y plumas.
-Cantidad de relleno. Es lo que determina la firmeza de la almohada y es necesario para el confort y un adecuado soporte.
-Tela de la funda. Las almohadas rellenas de fibras naturales deben llevar una funda de algodón 100% para que circule mejor el aire. Las telas de las fundas deben ser suaves y absorbentes.
Seleccionar una almohada con el relleno correcto es beneficioso para tener un sueño confortable y saludable. La almohada suave es aconsejable para las personas que cambian frecuentemente de posición durante la noche y para los que duermen boca abajo. Las de mediana densidad son mejores para las personas que duermen sobre su espalda y las almohadas duras se recomiendan para los que duermen de lado.
Las almohadas de relleno natural son suaves, flexibles y confortables por lo que, si no estamos seguros de la posición que adoptamos durmiendo, son las más aconsejables. Además son muy duraderas y la mayoría de los fabricantes usan hipoalergénicos en su confección.
Una almohada de relleno sintético no da olores y no causa alergias. También son duraderas y pueden ir a la lavadora.
Para las de relleno natural es conveniente usar tanto la funda como un protector para evitar tener que lavarla mas a menudo. Deben lavarse al menos una vez al año ya sea en lavadora o en seco.
Las de fibra sintética hay que lavarlas en agua tibia cuando estén perdiendo su forma o estén aplastadas.
No usar la almohada correcta aparte de producir que nos desvelemos puede ocasionar problemas de cuello y espalda. Por eso, cuando ésta pierda su forma o veamos que se está quedando sin relleno, es el momento de cambiarla.
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