Pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo, y la combinación de factores externos; como la temperatura, la iluminación y la correcta ventilación de la estancia; con un buen colchón y una buena almohada son fundamentales para afrontar cada día bien con las fuerzas bien repuestas.
Ya os hemos hablado de la importancia de usar un buen colchón, así que hoy vamos a centrarnos en el otro elemento importante: Las almohadas. No solo favorecen nuestro descanso, también nos ayudan a prevenir lesiones de cuello y espalda, e incluso por suerte para alguno, ¡pueden evitar los molestos ronquidos!
Lo primero que debemos tener en cuenta es que necesitamos una almohada que se adapte a nuestra forma de dormir, y no al revés. Debemos elegir un modelo que no fuerce nuestro cuello. Debe ser un apoyo confortable para la nuca manteniendo la posición natural de la columna vertebral. Una mala elección puede aumentar las molestias en la zona cervical.
Si dormimos boca arriba nuestra almohada no debe ser voluminosa, ya que el cuello se flexionaría en una postura antinatural hacia adelante, pero dormir sin ella tampoco es aconsejable porque provocaríamos el efecto contrario. En este caso lo más aconsejable sería una relativamente fina. Una almohada viscoelástica podría ser una opción acertada.- Si dormimos de lado, lo ideal sería una gruesa, pues hay que mantener el cuello en la misma línea de la columna. El modelo premium, una almohada de firmeza media-alta, ofrece un confort total, evitando los puntos de presión sobre cara y cabeza, tan perjudiciales para el descanso.
- Dormir boca abajo: Mejor intentar corregir esta postura, pues no es la más adecuada, ya que no necesitará almohada, pero la tensión cervical le ocasionará molestias a corto plazo, en todo caso procurar girarse lo posible y adaptar la almohada a su cabeza. Otra solución para mantener recta la columna si no puede evitar dormir en esta postura es colocar una almohada lo más plana posible debajo del estómago, con lo que aliviará la tensión en la espalda.
- Y si no tienes muy claro en qué postura duermes, o cambias de posición en las distintas fases del sueño, hay que decantarse por un modelo lo suficientemente adaptable, intermedio en altura. La almohada Cuti-Gold, confeccionada con materiales de alta calidad aseguran un tacto agradable, flexible y suave.
En lo que se refiere a la composición, se pueden encontrar de distintos tipos: de fibra (las más comunes), de pluma, de látex, viscoelásticas…. Estas últimas presentan grandes ventajas frente al resto, gracias a las propiedades especificas de este material (alivia la presión, es antialérgico y antibacteriano), por lo que las almohadas viscoelásticas facilitan un descanso reparador y ayudan a prevenir problemas de cuello y cervicales.
Si ya queremos bordarlo, un protector o una funda de almohada nos ayudará a aislar las posibles bacterias que puedan ir filtrándose en nuestra almohada. Existen modelos transpirables, antiácaros, antialérgicos, impermeables… Tenemos un montón de opciones.
Siguiendo todos estos pasos sin duda encontraremos la almohada adecuada y nuestro descanso mejorará notablemente.
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