Con la llegada del verano toca retirar las alfombras de lana o pelo largo. Esas tan mullidas que tanta calidez nos han aportado durante el invierno, especialmente, en suelos de cerámica.
Pero no hay necesidad de dejar desnudos nuestros suelos. Actualmente existen multitud de alfombras que pueden aportarnos sensación de frescura en la época estival ya sea por su textura o color.
Los tonos claros nos proporcionarán más luminosidad, y los lisos o estampados no muy llamativos nos ayudarán a no cargar demasiado el ambiente y aportar un toque de serenidad y frescura a nuestra estancia.
En cuanto a los materiales, algodón, sisal o bambú son los más demandados en este caluroso periodo. Estas alfombras son suaves y ligeras, y al no estar fabricadas con materiales cálidos acumulan mucho menos polvo, incluso algunas pueden ayudarnos a regular la humedad.
Una solución muy fácil para dar un toque elegante y a la vez fresco a nuestro hogar.
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