Recientemente hablábamos sobre la importancia del descanso para nuestra salud, y que entre otros factores importantes, como pueden ser la temperatura, la iluminación, o la correcta ventilación, no cabe duda que elegir almohada y colchón adecuados es un factor determinante para empezar el día con buenas sensaciones. No hay que olvidar que pasamos más de un tercio de nuestra vida durmiendo, por lo que una buena elección de estos productos y la postura adecuada van a repercutir y mucho en nuestra salud.
Hoy vamos a profundizar un poco sobre las almohadas, sus diferentes formas y material de fabricación y cómo acertar a la hora de adquirirla.
Es esencial que al elegir almohada escojamos una que no fuerce nuestro cuello. Debe ser un apoyo confortable para la nuca manteniendo la posición natural de la columna vertebral. Una mala elección puede aumentar las molestias en la zona cervical.
- Si dormimos boca arriba la almohada no debe ser voluminosa, pues el cuello se flexionaría en una postura antinatural hacia adelante, pero dormir sin ella tampoco es aconsejable pues provocamos el efecto contrario. En este caso la almohada más aconsejable sería una relativamente fina. Una almohada viscoelástica podría ser una opción acertada.
- Si dormimos de lado la almohada ideal sería gruesa, pues hay que mantener el cuello en la misma línea de la columna. La almohada viscofil, de postura alta confeccionada con fibra hueca y trozos de viscoelástica, nos vendría de perlas en este caso.
- Dormir boca abajo: Mejor intentar corregir esta postura, pues no es la más adecuada, ya que no necesitará almohada, pero la tensión cervical le ocasionará molestias a corto plazo, en todo caso procurar girarse lo posible y adaptar la almohada a su cabeza. Otra solución para mantener recta la columna si no puede evitar dormir en esta postura es colocar una almohada lo más plana posible debajo del estómago, con lo que aliviará la tensión en la espalda.
Y si no tienes muy claro en qué postura duermes, o cambias de posición en las distintas fases del sueño, hay que decantarse por una almohada lo suficientemente adaptable, intermedia en altura. La almohada confort, de fibra hueca siliconada y altura y densidad media sería lo más aconsejable.
En lo que se refiere a la composición, se pueden encontrar de distintos tipos: de fibra (las más comunes), de pluma, de látex, viscoelásticas…. Estas últimas presentan grandes ventajas frente al resto, gracias a las propiedades especificas de este material (alivia la presión, es antialérgico y antibacteriano), por lo que las almohadas de viscoelástica facilitan un descanso reparador y previenen trastornos de cuello y cervicales.
Y tú, ¿con cuál te quedas?
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