Escoger una almohada adecuada es fundamental para un buen descanso. Nos ayudará a prevenir lesiones cervicales o en la espalda, e incluso en algunos casos algo que a muchos les vendrá bien… ¡evitar los ronquidos!
Lo primero que debemos saber es que la almohada debe acomodarse a la postura en la que durmamos.
Si duermes de lado es conveniente usar una almohada dura y firme, que permita el cuello quedar recto quedar horizontal, alineado con la columna vertebral. La firmeza de la almohada impedirá que la cabeza quede inclinada hacia abajo y evitará lesiones innecesarias.
Si duermes boca arriba necesitas una almohada de grosor intermedio, ya que se adapta a la forma natural del cuello. Este tipo es recomendable también para las personas que se mueven mucho y cambian de postura varias veces por la noche.
Si duermes boca abajo lo recomendable es una almohada blanda para evitar una hipertensión del cuello.
Repetimos, ¡no nos tomemos a la ligera la elección de nuestra almohada! Nuestra salud lo agradecerá.
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