A quién no le gusta llegar a la cama tras un duro día de trabajo, meterse en la cama, y encontrarse con unas sábanas recién lavadas y planchadas y que además huelen bien. Una de las mejores sensaciones que existen. Y es que cambiar nuestras sábanas con asiduidad es algo fundamental, no solo para experimentar esta sensación que mejorará nuestro descanso, sino también para nuestra salud. Pero, ¿sabemos realmente con que frecuencia debemos cambiarlas?
Respuesta fácil: Una vez a la semana como norma general. Además es recomendable disponer de al menos tres juegos. Uno en la cama, otro lavando y uno más de repuesto en nuestro armario.
La cosa se complica en caso de enfermedades o alergias. Si estamos todo el día en la cama con gripe sudaremos más y dejaremos la cama perdida de virus, la sábana estará en contacto con un montón de clínex… Un engorro. Por todo ello deberíamos cambiar nuestras sábanas dos o tres veces por semana e incluso a diario si fuera necesario, y lo mismo en caso de una persona alérgica a los ácaros. Debemos tener en cuenta que tanto en la sábana bajera como en la funda de almohada se van acumulando cada noche sudor, células muertas, cabellos y demás fluidos corporales que atraen a indeseables compañeros de cama como pueden ser pulgas, chinches, y sobre todo, ácaros. Cuanto más tardemos en lavar nuestras sábanas, más favoreceremos el clima para la aparición de estos minúsculos pero peligrosos parásitos.
Y ahora que ya lavamos nuestras sábanas una vez a la semana, con más frecuencia aún si padecemos alguna de estas enfermedades, ¿ya estamos a salvo? Pues aún no.
Todavía habrá bacterias que, pese a cambiar las sábanas, con el tiempo se vayan filtrando poco a poco tanto en nuestro colchón como en nuestra almohada. Lógicamente no podemos cambiar de colchón con tanta frecuencia como de sábanas, pero sí podemos prevenir este hecho utilizando fundas y protectores, tanto de colchón como de almohada. Actualmente existen infinidad de modelos impermeables, antiácaros, con cremallera, transpirables… un sinfín de posibilidades con las que podemos prevenir la aparición de estas bacterias y de los anteriormente mencionados ácaros, y que harán de nuestra cama un lugar más cómodo y saludable.
Ni que decir tiene que de nada sirven estos consejos si no limpiamos el polvo, aspiramos o ventilamos nuestra habitación cada día. Los ácaros que puedan aparecer en nuestra habitación se alimentan principalmente de este polvo.
Siguiendo todos estos consejos te garantizamos que tu descanso, no solo mejorará notablemente, si no que además será más saludable.
Si necesitas ayuda en la elección de protectores y fundas o sábanas no tienes más que visitar nuestra web o dejarnos cualquier comentario o duda en este post. Estaremos encantados de echarte una mano.
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